En pleno siglo XXI me he dado cuenta de la importancia de los villancicos. Tan pronto empieza diciembre todo el mundo empieza a tararear la pegajosa melodía o los rebuscados estribillos de los villancicos navideños.
Pues a raíz del anuncio de nuestra querida Nancy Prada: “Busco villancicos Feministas”, me he dado a la tarea de hacer un breve “paseíllo” por el mundo de los “villancicos” y su vigencia…. Veamos:
Tenemos villancicos que además de describir acciones imposibles, promocionan de la manera más descarada y absurda vicios como el alcoholismo:
“Pero mira como beben los peces en el rio, pero mira como beben al ver al dios nacido…Beben y beben y vuelven a beber, pero mira como beben al ver a dios nacer…”
¿Peces borrachos?, ¿Peces bebiendo en el río? y nos preguntamos frecuentemente ¿Qué motiva nuestras borracheras navideñas?.
También hay villancicos que ponen de manifiesto los avances del capitalismo en la navidad:
“…mas tú ya sabes que soy pobre también, y no poseo más que un viejo tambor. (rom pom pom pom, rom pom pom pom)…”
Se confirma así la bondad del trueque, pues es un excelente medio de pago, pruebe usted contratar un baterista en esta época a ver cuanto cuesta!.
¿Quién no ha lagrimeado con el consabido?:
“Mamá dónde están los juguetes: Mamá dónde están los juguetes, mamá el niño no los trajo…”
Es de público conocimiento que el Niño Dios es muy cumplido y que la culpa es de los papás. Esa mamá en particular escurre el bulto de la responsabilidad en un menor de edad, el colmo, bien podría haber responsabilizado a los Reyes, Papá Noel u otro adulto, pero señalar a un niño de brazos no tiene presentación.
La villancicología (existirá?) es muy compleja, sus palabras rebuscadas nos ponen a cantar frases cuyo significado no entendemos pero que repetimos felices millares de veces:
“Zagalillos del valle, venid, pastorcillos del monte, llegad. La esperanza de un dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.”
¿Zagalillos?, ¿Qué es un zagalillo?, ¿Hay zagalillos en el Valle del Cauca?, ¿Las FARC tienen pastorcitos?, ¿Los zagalillos dicen “ya voy! Ve!, oístes, pasáme la chuspa del pam”?...pues el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, RAE, dice que no tienen la palabra zagalillo, pero si la palabra zagal: “Zagal: f. Muchacha soltera. (Del lat. sagum, sayo).m. Refajo que usan las lugareñas”.
Pues claro, en el Valle y en las FARC saben que es un refajo, obviamente también que es una lugareña y una muchacha solterita.
Por último, tenemos que responder la pregunta de Nancy, ¿Hay villancicos feministas?, claro que si, un villancico puramente lésbico es:
“Campana sobre campana, y sobre campana UNA!”
Villancicos ejemplos de inclusión de género y abiertamente hedonistas, son entonados, sin saber, cada navidad:
“Con zagales y zagalas, al niño vamos a ver, con piticos y tambores causándole gran PLACER…”
Esta cancioncilla, da para varios tratados: además de la pluralidad entre pastores, el hedonismo musical (“la importancia de los pitos y tambores en actos placenteros) podría permitirnos hacer una disertación sobre la posible diversidad sexual del niño, del que hablan allí.
A partir de lo anterior y fundamentado en aquella frase bíblica: “Amaos los unos a los otros” y la sentencia proverbial de la filosofa popular y señorita Antioquia, Verónica Velásquez: “…yo creo que el hombre se complementa al hombre, mujer con mujer, hombre con hombre y también mujer al hombre del mismo modo en sentido contrario…”
Por último vale la pena corregir los errores de alguno que otro villancico que no respeta la diversidad de género, ni son incluyentes, deberían decir:
“Vamos pastores y pastoras vamos… vamos a Belén”