El trompo azul
Yo tuve un trompo azul que fue mi hermano,
lejano saltarín de piedras viejas,
por la zurda del barrio a contramano
y en calles de portones y de rejas.
La punta de su acero fue una estrella,
ninguno en la querella fue mejor,
y en cambio, dormilón, en manos de ella,
se dio a soñar, temblándole el amor.
¡Mi trompo juguetón!
La poesía
del grillo del zanjón
le diera un día
perfil de corazón
y el hilo de un violín
sin fin
aquel cordón.
Mas la tierra girando alucinada,
como un trompo gigante de la nada,
me traicionó, llevándose al confín,
la esquina del jazmín, la luna y tu mirada.
Mi soledad
manchada de verdín,
regresa sin piedad
a la ciudad
de barro y adoquín.
Tango. Letra Cátulo Castillo, Música: Héctor Stamponi
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