Monday, May 30, 2011

Amanda, la verdadera bruja de "La Bruja"




Amanda, la verdadera bruja de "La Bruja"

A Amanda, de “bruja” no le quedó nada

Por Mayteck Arenas Londoño (1)




El narcotráfico, la política y la brujería se mezclan en el libro La bruja, uno de los más leídos del periodista Germán Castro Caycedo. Su protagonista, hoy abogada y educadora, está completamente alejada del mundo del ocultismo y es una mujer creyente en la fe católica, según revela en esta entrevista.


Tiene un cabello entre el amarillo y el rojizo, tan breve como su es

tatura y tan natural como sus palabras aceitadas con un ‘arrastrao’ paisa que la describen sólo en su primera plana. Debajo de una cortina de cabellos deslumbran dos ojos tan profundos como dulces, perdidos en el color de la miel.

En esta entrevista Amanda explica cómo fue el exorcismo que le hicieron: “Cuando hay en uno un espíritu pitónico, un espíritu del mal ordenan [los sacerdotes exorcistas] que salgan: con su poder sacerdotal los sacan”. / Foto Mayteck Arenas Londoño


Una camisita color salmón –de ese que es escaso para combinar y difícil de encontrar en medias veladas– y un pantalón jean sostienen una piel casi de osito de felpa con zonas montañosas que denotan experiencia y tiempo vivido.

Un almacén de cadena fue el lugar de encuentro preferido por ella. Medellín pasaba por un sábado caluroso, había gran agite en el cruce de calles y carreras, y en un conjunto de sillas estaba ella, mirando su celular porque su hija se iba para Fredonia.

Amanda, como la llama el periodista Germán Castro Caycedo, la protagonista no sólo del libro La bruja sino también de su propia historia, nació y creció precisamente en Fredonia, un municipio cafetero situado en la región del Suroeste del departamento de Antioquia.

Alrededor de la brujería ella construyó una vida llena de poder y de conocidos que tenían renombre y prestigio social. Ataduras, rezos, ritos y baños se convirtieron en su trabajo, además de ser maestra, coordinadora y más tarde directora de colegios e instituciones educativas.

Llegó a ser cercana a diferentes líderes políticos y lo que muchos no saben aún es que ella misma se siente afín con la política. Litigar es lo suyo, lo que le gusta y estudió, y hoy se la pasa entre la iglesia y los municipios de Antioquia en los que habla sobre presupuesto, control interno y otros temas afines.



Amanda afirma que cuando estuvo en el ocultismo descubrió que las personas que buscaban la brujería para obtener favores pertenecían a todas las clases sociales, desde los más ricos hasta los más pobres. / Foto Mayteck Arenas Londoño

La transformación que sufrió Amanda en su vida es un proceso impactante, diferente y constante. Gracias a un exorcismo su historia cambió de rumbo y dejó de ser “la bruja”, dejó de ser la del error tras error, para pasar simplemente a ser ella, la abogada, la madre, la esposa, la política y la creyente.

Con las afirmaciones que hace sobre el cierre de su vida al ocultismo, luego de un exorcismo hecho hace 22 años, esta mujer retomó su vida encontrando paz y tranquilidad en la búsqueda de Dios.

¿Quién es Amanda hoy?

“Es una persona que a pesar de sus múltiples problemas humanos, como los tiene cualquiera, está en la búsqueda de Dios. Y a pesar de que todavía tiene tantas cosas para corregir está en los caminos de Él. Es una persona que solamente cree en Él, cree en su palabra, cree en el poder de la oración, cree en la fe y cree que es el único medio para vivir, para recibir las bondades de Dios”.

¿Cómo era la relación entre la Amanda de ayer y Dios?

“Había relación, pero no se había profundizado en lo que era Dios. Por lo tanto, esa Amanda de ayer estaba muy llena de las cosas humanas, como es hoy en día que todo el mundo cree en las yerbas, en las bondades de las yerbas, de los talismanes, en el feng shui, en los bioenergéticos… Esa Amanda era dedicada a eso mismo que muchos están dedicados hoy. Y a los chamanes, a todo eso que mucha gente hace con naturalidad y que ninguna de esas cosas llevan a Dios”.

¿Cómo comienza usted a entrar en el mundo del ocultismo?

“Como entra cualquier persona que no reconoce que eso es parte de la brujería, que eso es parte del esoterismo. Entré leyendo el horóscopo, oyendo programas de televisión, viéndolos como hechizada, luego haciéndome adivinar las cartas, el tabaco, el cigarrillo, el café, la mano”.

¿Ha conseguido alguna vez algo por medio de la brujería?

“Muchas cosas de mi pasado fueron conseguidas a base de brujería, pero esas cosas todas se acabaron, todo se va en ruina. La plata que consigas por medio de la brujería o los bienes que recibas por medio de la brujería se te van. Yo creo que es muy poquitico el brujo que es rico porque a todos los brujos los ves con el término de los días angustiados, desesperados y en la ruina”.

¿Alguna vez ha retenido usted a un hombre por medio de la brujería? “Para mí no, pero cuando hacía trabajos lo logré para varias personas. Pero qué pasó: de esos hombres que se retuvieron, de esas mujeres que se casaron porque se les había hecho brujería, que yo sepa, en el momento ninguna está con ninguno porque los matrimonios se acabaron o los mataron”.

¿Lo que usted practicaba era magia negra?

“No hay más magia de otro color: toda es negra. La gente habla de la magia blanca, verde, negra, morada, haciendo creer que la magia blanca es buena. No hay nada bueno, toda es magia negra, todo es diabólico. De la magia blanca hacen creer que es una magia con el poder de Dios y de los Santos, eso es mentira. Eso es santería”.

¿Cómo llega al exorcismo, a esa liberación?

“Por la falta de conocimiento que uno tiene en la Iglesia Católica, en Dios, las personas no nos damos cuenta de que existen oraciones de liberación, que la Santa Misa es liberación, que el Rosario es liberación. Y que hay exorcismos especiales que solamente los pueden realizar los sacerdotes porque son hombres consagrados a Dios y el mismo poder que reciben en la ordenación sacerdotal hace que ellos puedan hacer los exorcismos, entonces no los conocemos”.

“Como no los conocemos, no sabemos que son indispensables para cuando hay en uno un espíritu pitónico, un espíritu del mal, estos ordenan que salgan y con su poder sacerdotal los sacan”.

“¿Qué pasa? Que ahora la gente en lugar de ir a buscar a un sacerdote para un exorcismo va a buscar a cualquier persona, cualquier pastor de otra iglesia que se cree con poderes para que haga exorcismos… ellos no tienen ningún poder. ¿En qué se diferencia de que sea brujería a que sea de Dios? En que lo que es de Dios no se cobra, se hace en el nombre de Él”.

¿Cuál fue la persona que le realizó el exorcismo?

“Lo inició monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, obispo de la diócesis Sonsón-Rionegro. Lo continuó el padre Guillermo Gil Bedoya y lo volvió a terminar monseñor Alfonso Uribe Jaramillo. Los dos están muertos”.

“Las oraciones de liberación me las hizo la madre Alicia Echeverry Calle que es la madre del Ave María y me las continuaron algunos sacerdotes como el padre León Arenas, la hermana Blanca Ruiz, el padre Jorge López, el padre Gerardo Piñeros. Fue un proceso muy, muy largo”.

¿Cómo fue su exorcismo?

“Si vamos a iniciar con Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo tendría que hablar de Marta Cecilia de Gonzales, de Humberto Gonzales, de Beatriz de Gil, de todas aquellas personas que me rodearon, la madre Alicia… Empezaron a llevarme a donde varios sacerdotes para que oraran por mí. Monseñor Alfonso Jaramillo en muchas ocasiones oró por mí”.

“Un exorcismo es cuando estás confesada, comulgada, cuando te presentan ante el altar, ante la custodia con la hostia consagrada y oran. Es una oración especial. Hay una escrita por el papa León XIII y no me acuerdo la otra por quién. Ellos empiezan a orar y en el nombre del Señor Jesús empiezan a preguntar quién hay dentro de uno, y sin ser la voz de uno, ni estar bajo ninguna droga ni control, empieza a expresar con otra voz lo que siente o lo que hay dentro”.

“Luego, cuando ordenan que le digan quién, van saliendo los nombres de las personas, las cosas que le han hecho a uno. Entonces empiezan a romper todo lo que hay. Uno empieza a botar según lo que tenga, a botar cosas, uno mismo las ve y las ven los que hay al lado. Como yo iba con médico, enfermera e ingeniero químico, todos vieron qué era lo que yo había arrojado. No fue la parte dura, digamos que fue la parte bella, la de la mano de Dios…”.

¿Es cierto que atendió a diferentes políticos y hasta a un jefe de Estado cuando practicaba el ocultismo?

“Eso de a quién le hice trabajos o no, no importa. El sentido que nosotros le queríamos dar a esto en el libro era que la brujería no la hacían las personas que no estudiaban, no la hacían los de los barrios marginados, no la hacía el ignorante: la hacía absolutamente ¡todo el mundo!, desde las altas esferas hasta los de las bajas esferas”.

“Yo no me explico por qué a esto le pusieron tanto problema o por qué centraron eso en esto, si el libro lo que tenía era un mensaje, el cambio de vida, el yo.

(1) Artículo Especial para Bitacora Revista de la Facultad de Comunicación Social de EAFIT. por Mayteck Arenas Londoño - marenas2@eafit.edu.co